Un equipo del Grupo de Ecología y Conservación de Ecosistemas Terrestres (TEG) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha publicado resultados de un seguimiento intensivo de aves atropelladas en la Línea de Alta Velocidad Madrid-Valencia, a su paso por la provincia de Toledo, ha informado la Universidad en un comunicado.
El estudio, realizado durante dos años en el marco del proyecto europeo LIFE Impacto Cero, documenta un patrón de mortalidad preocupante en dos especies emblemáticas: la avutarda común (Otis tarda) y el búho real (Bubo bubo).
Los investigadores constataron un elevado número de muertes en ambas especies, aunque con distribuciones muy distintas tanto entre tramos de estudio como dentro de ellos.
En la avutarda, los atropellos se concentraron en un único tramo de vía, que coincidía con un corredor entre zonas de alimentación. Este punto negro se identificó gracias a un modelo de idoneidad del hábitat construido a partir de censos sistemáticos de aves en la zona, y la reconstrucción de los recorridos de vuelo más probables entre zonas de uso preferente.
En cambio, la mortalidad del búho real se repartió de forma más homogénea a lo largo de todo el recorrido estudiado, sin presentar focos concretos de agregación.
MAPAS DE RIESGO Y GESTIÓN DEL ENTORNO
El estudio revela, en primer lugar, el impacto directo que supone una línea de alta velocidad sobre especies de gran tamaño y alto valor de conservación. «La avutarda y el búho real actúan como especies bandera de un problema más generalizado», subrayan los autores.
En segundo lugar, los resultados evidencian la necesidad de desarrollar soluciones apoyadas en el conocimiento particular de las especies para compatibilizar el desarrollo del transporte con la conservación de la biodiversidad.
En el caso de la avutarda, una especie especialista y en declive poblacional, los mapas de riesgo de colisión basados en modelos de hábitat y costes de desplazamiento se han revelado como una herramienta eficaz para anticipar los puntos de mayor peligro.
«Estos mapas podrían convertirse en protocolos básicos de planificación para reducir los impactos de las infraestructuras», apuntan los investigadores. En ellos «quizás la instalación de barreras anticolisión en pequeñas secciones de las líneas ya construidas bastarían para reducir drásticamente la mortalidad».
En el búho real, por el contrario, la dispersión de atropellos sugiere un problema ligado a la abundancia de presas –principalmente conejos en los taludes–, lo que hace necesario gestionar el entorno de la vía para reducir su atractivo.
En conjunto, el trabajo pone de relieve la importancia de contar con información detallada sobre las especies afectadas antes del diseño y construcción de infraestructuras viarias.
Conocer su distribución, trayectorias de vuelo y respuesta ante estas obras resulta clave no solo para disminuir la mortalidad de fauna y favorecer una mejor integración ambiental, sino también para evitar costes económicos y sociales asociados a las colisiones.