Una médica asaltada en un Centro de Salud de Toledo tiene «miedo» y sostiene que una agresión «nunca está justificada»

Aseguraba que este problema "no es nada nuevo"

La médica agredida en el Centro de Salud de Mora (Toledo), por el padre de una paciente, Ana María Cue ha asegurado que tiene «miedo» tras el suceso y ha mantenido que una agresión física «nunca está justificada, jamás, hay otras vías» para llegar a un entendimiento.

Es la respuesta que ha dado Cue a preguntas de los medios de comunicación en rueda de prensa este martes junto a la responsable de Prevención de Riesgos Laborales de CSI-F Sanidad Castilla-La Mancha, Victoria Gutiérrez, tras el suceso violento que sufrió el pasado 25 de febrero que «no es nada nuevo», sobre las amenazas, vejaciones o, en último extremo, agresiones físicas que sufren los profesionales, ha lamentado.

Cue, que no creído que por ser mujer está más expuesta al asalto, incluso físico, que los hombres, si bien ha precisado que «quizá nos ven más débiles, estar por encima de nosotras», también porque se trata de un sector más feminizado, ha sostenido que «hay muchas compañeras que no lo han denunciado».

«No está justificado»

«Lo han normalizado y si me piden un medicamento, aunque no sea el más adecuado, se lo doy, para que luego, por ejemplo, no me agredas, no me rayes el coche, no me insultes», ha esgrimido como conducta de muchos profesionales.

Además, «me pide un antibiótico, una medicación, te la doy y así no te levanto la mano, te amenazo», ha proseguido Cue, quien ha defendido que «si el paciente no esta de acuerdo con ello hay medidas para realizar el cambio, pero no amenazar, insultar, intimidar o, incluso, agredir. En ningún caso está justificado, nunca, jamás. Hay otras vías, pero nunca agredir».

En su relato, Ana María ha puesto como ejemplo el que «hay quien piensa que el Centro de Salud es un supermercado, que pide tres cuartos de pollo y se los das. Y no, no es un supermercado y si el paciente no está de acuerdo con el diagnóstico o el tratamiento hay soluciones como cambiarse de médico o hablar con él, y si sigue sin estar de acuerdo presentar una reclamación».

Esta profesional sanitaria de la provincia de Toledo asegura confiesa que tener «miedo»

«Tengo miedo, te planteas muchas cosas como si merece la pena», se ha sincerado Cue, quien cuando se produjo el hecho avisó a su agresor que estaba embarazada, algo que tampoco le valió para evitar el suceso violento, y que ha valorado el que «sigue» por el apoyo que ha encontrado entre sus compañeros y todo el personal del Centro de Salud moracho e, incluso, de pacientes que «me han dado su apoyo».

Y, por supuesto, «la ayuda que me ha prestado mi sindicato (CSI-F)» al que ha reconocido que «siempre ha estado a mi lado, me ha súper apoyado y si hoy estoy aquí es por ello», ha expuesto Cue, quien para reducir las agresiones a profesionales de la sanidad se ha fijado en que «salga caro ante la justicia» y que el Servicio regional de Salud (Sescam) «ponga más medios, personales y técnicos, y más medidas que ofrezcan mayor seguridad».

Algo con lo que ha coincidido Victoria Gutiérrez, quien ha detallado que las mujeres son víctimas en ocho de cada diez agresiones y que los agresiones a personal sanitario han aumentado en un 7 % con respecto al 2021, según datos de la Policía Nacional, con 241 denuncias firmes el 2022 por 225 el año anterior.

«Es la punta del iceberg», ha defendido la responsable sindical, al estimar que «solo se denuncia una de cada ocho agresiones», y tras lamentar «no poder facilitar cifras de agresiones físicas» del 2022″, toda vez que no disponen de datos oficiales del Sescam, a quien ha reprochado, igualmente, que «no haya convocado el Comité sectorial de Seguridad y Salud Laboral».

Aquí, ha explicado que se aprobó que mantuviera al menos tres reuniones ordinarias al año y en casos extraordinarios, cuando se lo planteará algún agente social: «El CSI-F se lo ha pedido ya en dos ocasiones y no se nos ha contestado y, por tanto, no tenemos ninguna información real».

No obstante, ha confirmado que el director general de Recursos Humanos, Íñigo Cortázar, ha informado a los medios de comunicación que «se han incremento las agresiones físicas, 16 el año pasado -tres más que en el 2021-, pero a los agentes sociales no nos han comunicado nada».

Gutiérrez, que ha sido tajante al asegurar que el CSI-F «siempre estará del lado del trabajador, sin plegarse a presiones políticas, y denunciará siempre situaciones lamentables», ha concluido que para reducir el crecimiento exponencial es preciso que el Sescam marque un protocolo de actuación y «se tome en serio las agresiones» con medias reales.

«Hemos pasado de héroes a villanos» una vez pasada la pandemia por la covid-19 «y los trabajadores están muy cansados», ha lamentado Gutiérrez, para quien «la normativa de prevención de riesgos laborales es responsabilidad de la empresa y no puede ser que los profesionales vayan a trabajar con miedo».

Y ha apostillado que «es preciso que haya más personal de seguridad, más medios técnicos y más coordinación con las fuerzas de seguridad. Más prevención en lugar de actuar a posteriori».

infoCLM

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