Un jurado popular juzgará a partir del próximo miércoles a un hombre de 50 años acusado de matar al hombre que convivía con su expareja en Gálvez (Toledo), a la que también atacó, tras entrar en la vivienda en la que moraban armado con un cuchillo, a pesar de tener una orden de alejamiento.
El fiscal considera al procesado autor de los delitos de homicidio, lesiones de género, allanamiento de morada y quebrantamiento de condena, por el que solicita que sea condenado a penas que en conjunto suman 23 años de prisión.
Según el escrito de acusación del ministerio público, al que ha tenido acceso EFE, los hecho ocurrieron el 19 de diciembre de 2021 en la casa en la que vivían las víctimas en Gálvez, a la que el procesado V.S., se dirigió en bicicleta desde la cercana localidad de Menasalbas, en la que residía, tras coger de la cocina un cuchillo de 15,5 centímetros de hoja y 26 centímetros de longitud.
Antes de irse a residir a Menasalbas, el procesado había convivido con su expareja, E.O., en una finca cercana al casco urbano de Gálvez, después de que ambos iniciaran una relación sentimental en 2018, que la mujer dio por finalizada por el maltrato físico y psicológico a que era sometida por el acusado.
Por estos hechos, había sido condenado por dos delitos de lesiones de género, que conllevaban prohibición de acercarse a la víctima y por un delito de quebrantamiento de condena.
Tras romper con el procesado, su expareja retomó una relación sentimental que mantenía con J.B.S., de 77 años, con el que tenía una hija de 3 años que vivía con ellos en Gálvez.
El acusado era sabedor de que la pareja había reanudado su relación, por lo que armado con el cuchillo se dirigió a la casa en la que vivían, a pesar de que sabía que estaba vigente la orden de alejamiento, «y actuando con la intención de menoscabar la intimidad ajena, sin previo aviso y sin autorización alguna, de un violento golpe rompió el cuadro superior de la puerta del piso», mantiene el fiscal.
Una vez dentro, y sin que mediara ninguna discusión alguna, se dirigió por el pasillo cuchillo en mano hasta J.B.S., que estaba en un pasillo de la vivienda «y con la intención de acabar con su vida o aceptando que este resultado pudiera producirse, le asestó varias puñaladas, cuanto menos una en el costado izquierdo y otra en el hombro izquierdo», que provocaron su muerte en el acto.
En ese momento, su expareja (que estaba hablando con una amiga en una habitación) se abalanzó sobre el procesado para evitar o mitigar la agresión a su compañero sentimental.
Pero no lo consiguió, debido a la inmediatez y fugacidad de la agresión, y además fue atacada por el procesado que le asestó varias puñaladas en el lado derecho del pecho, lo que hizo que cayera al suelo donde el acusado volvió a apuñalarla en el hombro y en la pierna izquierda.
A consecuencia del ataque, la mujer sufrió heridas de las que tardó en curar 45 días y que le han quedado numerosas secuelas
Después el procesado volvió a su casa de Menasalbas, limpió el cuchillo y lo guardó en un cajón de la cocina, al tiempo que dijo a su compañero de vivienda que había matado a dos personas, de acuerdo con el relato del ministerio público.
El fiscal lo considera autor de un delito de homicidio, por el que pide que sea condenado a 15 años de prisión, de un delito de lesiones de género, por el que demanda una condena de 5 años de cárcel, de un delito de allanamiento de morada, por que solicita dos años de cárcel, y de un delito de quebrantamiento de condena, por que pide una condena de un año de prisión.
