Visita el Parque Arqueológico de Recópolis, un proyecto de transformación social

El Parque Arqueológico de Recópolis está formado por los yacimientos arqueológicos de la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita con su alcazaba

La provincia de Guadalajara, más concretamente Zorita de los Canes, ofrece al visitante la historia del Parque Arqueológico de Recópolis, formado por los yacimientos arqueológicos de la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita. Y es que tan solo de ambas ciudades dista 1,5 kilómetros, siguiendo la ribera del río Tajo, en su margen izquierda, a la altura del municipio de Zorita de los Canes.

En el año 2004 el Parque Arqueológico de Recópolis fue declarado como tal e inaugurado un año después con la firme apuesta de comprender quiénes habitaron el lugar para entender su pasado y su presente. “El Parque Arqueológico de Recópolis era no solo un yacimiento, sino todo un territorio susceptible de ser investigado y explicado socialmente desde el punto de vista de su historia arqueológica, etnológica…”, señala el director científico del Parque Arqueológico de Recópolis, Lauro Olmo Enciso a InfoCLM, asegurando además que Recópolis para él no solo son los visigodos, los árabes y los cristianos, “Recópolis es un proyecto de transformación social”.  

Vista total del sitio / Plan Nacional de Ortofotografía Aérea
Vista total del sitio / Plan Nacional de Ortofotografía Aérea

Yacimientos de Recópolis y Zorita

Actualmente nos encontramos con dos yacimientos arqueológicos que comprenden los restos de lo que fueron esas ciudades de Recópolis y Zorita. Un Parque Arqueológico que partía con una evidencia “y es que teníamos un sitio excepcional, único en Europa, Recópolis. La excepcionalidad de esa gran fundación de época de finales del s.VI suponía que para crear una ciudad hubo que alterar el territorio, una ciudad totalmente ex novo. Había un acueducto en el territorio de Recópolis que suministraba agua a la ciudad, a la parte más noble; había canteras en un radio entre medio y dos kilómetros a la redonda, tenemos numerosas canteras que se utilizaron para construir la ciudad; y además teníamos una evidencia ¿por qué se abandona Recópolis? cuando se produce la reorganización y la consolidación del Emirato Omeya de Córdoba se reorganiza gran parte del paisaje urbano de la península ibérica y para Castilla-La Mancha es fundamental”, subraya Olmo porque las antiguas ciudades que existían, tanto las romanas como las visigodas, muchas de ellas se abandonan y se fundan nuevas ciudades, caso de Recópolis. “Las fuentes árabes decían que con las piedras de Recópolis se funda Zorita y eso nos lo encontramos en Zorita en partes del castillo, convirtiéndose Recópolis en la cantera de Zorita. En Zorita incluso la entrada de la ciudad, de la antigua Medina omeya de Zorita tiene cuatro columnas que son cuatro columnas visigodas que vienen de Recópolis, en el castillo y en el pueblo hay capiteles de Recópolis porque era un elemento de legitimidad del nuevo poder respecto al anterior”. Así, dado que en el territorio de Recópolis está la propia ciudad de Recópolis, sus canteras, el acueducto de época visigoda, la continuidad en Zorita, además de que en Zorita todavía se conserva una huerta con acequias de origen adalusí y a su vez en Recópolis y en Zorita había también restos de época cristiana la propuesta que hace Lauro Olmo a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha fue delimitarlo en su conjunto como Parque Arqueológico “como territorio histórico, que por otro lado era lo que ya estaba definido por la Convención de Malta. Pero, había otra evidencia y es que la gente de Recópolis vivía de algo, algunos serían aristócratas pero el resto eran campesinos que vivirían de trabajar el campo y ese campo suministraba a Recópolis”.  

Recópolis, vista general del sector excavado -siglos VI-IX / Foto Área de Arqueología, Universidad de Alcalá

¿Qué han encontrado en el territorio del Parque Arqueológico de Recópolis? No solo los yacimientos de Recópolis y Zorita, especifica además Lauro Olmo “cuatro aldeas de época visigoda, cuatro poblados. El territorio próximo a Recópolis no solo supuso la fundación de una ciudad, sino también de una serie de poblados en los que se iban asentando los campesinos que iban a trabajar el terreno. Hemos localizado también la reorganización de la estructura viaria de la zona. Recópolis se va a convertir posiblemente junto con Toledo en los dos centros de comunicación de vías más importantes del centro de la península, de la submeseta sur, y en el caso de Toledo era obvio, ya había sido una ciudad romana, era la capital, pero en el caso de Recópolis donde no había nada supone la reorganización del sistema viario. Esas vías las tenemos dentro del territorio del parque documentadas, también las acequias, los espacios irrigados, es una de las grandes herencias de la época musulmana que nos ha quedado de la época de Al-Ándalus. Hemos estado estudiando con los nuevos procedimientos los usos agrícolas, el paisaje, así como el río Tajo, que no tenía el recorrido actual. Estamos logrando entender el paisaje de la época visigoda, el posterior de la época andalusí y el posterior de la época cristiana o de la época feudal”. 

El descubrimiento del recorrido del río Tajo ha sido reciente, subraya Lauro Olmo que en Recópolis además de las constantes subvenciones de la JCCM con el Plan de Investigación Arqueológica también han contado con subvenciones del Plan Estatal de I+D del gobierno de España a través de trabajos multidisciplinares -con geólogos o químicos, entre otros- ahí tienen un proyecto que acaba de terminar sobre el cambio climático “y uno de los elementos más interesantes es ver cómo el río Tajo no tenía ese recorrido que tiene actual y cómo había también unos paleocauces que estacionalmente se inundaban y también rodeaban la ciudad”. Y con el concurso de las nuevas tecnologías con un proyecto que tiene la Universidad de Alcalá junto con la Universidad de Harvard y el Instituto Arqueológico Alemán “hemos hecho sondeos con magnetómetro y la gran sorpresa”, aunque destaca Olmo ya lo intuían por las prospecciones arqueológicas, “es que toda la ciudad de Recópolis estaba al interior de la muralla edificada, que no es lo normal en esa época, con lo cual otro elemento más excepcional. Además, fuera de la muralla de Recópolis sigue habiendo zonas, suburbios, barrios con viviendas, con edificios”.

Recópolis, vista general del sector excavado, con el río Tajo -siglos VI-IX / Foto JCCM, Parques Arqueológicos, Recópolis
Recópolis, vista general del sector excavado, con el río Tajo -siglos VI-IX / Foto JCCM, Parques Arqueológicos, Recópolis

Historia de Recópolis 

Recópolis posee la singularidad de que fue una ciudad visigoda de nueva planta, es decir no se construyó sobre las ruinas de una cultura anterior, que data del año 578 cuyo nombre corresponde al hijo del rey visigodo Leovigildo, el futuro rey Recaredo.

“Recópolis es una fundación que la ordena el rey Leovigildo en el momento en que él ha conseguido consolidar el estado toledano, el Reino Visigodo de Toledo, cuando lo ha conseguido unificar venciendo, como nos dicen las fuentes escritas, a los bizantinos, a los merovingios -lo que es la actual Francia-, a los suevos. Hace como una maniobra de exaltación y de prestigio de esa monarquía recién fundada fundando una ciudad que es Recópolis, una ciudad de nueva planta” y es que además por las excavaciones arqueológicas, subraya Olmo, “vimos que Recópolis se funda a la vez que se empieza a hacer el desarrollo urbanístico de la época visigoda en la Vega Baja. El rey Leovigildo se estaba intentado equiparar a los emperadores bizantinos, que era la superpotencia de la época en esta parte del mundo. ¿Qué hacia un emperador bizantino cuando llegaba al trono y tenía un éxito memorable?. Fundaba una ciudad y le daba el nombre suyo, el de la consorte o emperatriz o el de algún miembro de la familia” y ahí subraya Olmo “había una pequeña trampa, no fundaban ciudades, le cambiaban el nombre a una ciudad que tuvieran algún vínculo con ella y la embellecían. No hubo ni una fundación de nueva planta en el imperio bizantino como por ejemplo es el caso de Recópolis, excepto en una ocasión que posiblemente es en la que se inspira Leovigildo, cuando el emperador Justiniano a principios del siglo VI funda una ciudad de nueva planta enfrente de la aldea donde él nació, lo que sería hoy el sur de Serbia, y la llama Justiniana Prima; esto lo había hecho Constantino el Grande cuando traslada la capital de Roma a Constantinopla y decían que se había inspirado en Alejandro Magno. Leovigildo dota a Recópolis de obras admirables, como dicen las fuentes, de murallas, de edificios destacados… es una exaltación. Pero cuando decimos que Recópolis tiene una serie de elementos únicos, el complejo palacial de mayores dimensiones de los inicios de la alta Edad Media, es el único que conocemos de entre los siglos VI-VII en toda Europa, las dimensiones salen fuera de la escala de lo que era Europa si lo comparas con el Imperio Bizantino pues no hay comparación, pero dentro de lo que eran todos esos reinos que se van creando como fruto del colapso del Imperio Romano de Occidente en la parte de lo que hoy es Europa occidental pues evidentemente Recópolis está demostrando con esos edificios que el Reino Visigodo de Toledo en ese momento era el estado más potente de la época en Europa y en el Mediterráneo occidental porque tenía la capacidad de inversión, de hacer unas operaciones político propagandísticas y también organizadoras de un territorio que no las tuvo ningún otro estado de la época”.

Recópolis, Complejo Palacial, edificio septentrional -siglos VI-VIII / Foto Área de Arqueología, Universidad de Alcalá
Recópolis, Complejo Palacial, edificio septentrional -siglos VI-VIII / Foto Área de Arqueología, Universidad de Alcalá

Recóplis se funda como se ha mencionado en el 578 y se abandona en la primera mitad del siglo IX. ¿Qué pasa en Recópolis?. “El reino visigodo colapsa, es derrotado y entonces la península ibérica, Hispania y ya casi inmediatamente Al-Ándalus entra dentro de un modelo social que es mucho más dinámico y fundan nuevas ciudades, esto ha sucedido siempre, pero en el caso del reino visigodo sucede solo en Recópolis. Además en Recópolis es clara la manifestación de ese poder además del estado porque tiene también unas consideraciones ideológicas, concretamente el conjunto palacial entendido no como residencia y palacio sino como el lugar donde está la administración de la ciudad y del territorio, la administración judicial, la administrativa, la administración fiscal, la fábrica de moneda o ceca, todo lo que son los departamentos que gestionan la ciudad de Recópolis y su territorio, territorio que era Celtiberia y que ocupaba prácticamente toda la provincia de Guadalajara, la mitad norte de la de Cuenca, algo de la de Soria y parte del oeste de Teruel y una parte del este de Toledo”. 

La ciudad responde a una planificación urbanística muy cuidada. Dentro de la muralla el cerro en donde está tiene 30 hectáreas, el perímetro amurallado tiene casi 2 kilómetros, y dentro de ese recinto 22,5 hectáreas todas construidas. “Recópolis como nos dicen también las fuentes escritas son sub-suburbios y ahora tenemos suburbios alrededor de la ciudad con lo cual pues a lo mejor las dimensiones hay que llevarlas más entre la parte del centro urbano que diríamos hoy y los suburbios, pero dentro de la muralla 22,5 hectáreas de las cuales el 10%, dos hectáreas, corresponden a los centros de poder. Tiene los edificios de mayores dimensiones hasta ahora de los inicios de la alta Edad Media, tanto el primero como el segundo, el edificio rectangular de 145 metros, otro de 111, los edificios comerciales artesanos y nuevos edificios de grandes dimensiones incluso de entre 70 y 80 metros que hemos descubierto a lo largo del interior del yacimiento con el magnetómetro; y, por supuesto, viviendas. También sabemos que era una ciudad jerarquizada socialmente, había aristócratas, élites, artesanos y gente común, campesinos que eran la mayoría de la población”, desgrana Olmo. 

Recópolis, Complejo Palacial, edificios residenciales meridional y al fondo iglesia palatina -siglos VI-VIII /Foto Área de Arqueología, Universidad de Alcalá
Recópolis, Complejo Palacial, edificios residenciales meridional y al fondo iglesia palatina -siglos VI-VIII /Foto Área de Arqueología, Universidad de Alcalá

Los visitantes “pueden disfrutar de un yacimiento excepcional, único en Europa, la única ciudad de nueva planta que se organiza por iniciativa del estado en todos los inicios de la alta Edad Media, aprender cómo eran las relaciones entre las diferentes capas de la sociedad en época visigoda: aristócratas, elites, artesanos, campesinos…” porque subraya Olmo Recópolis fue un centro importante de producción, “se producía vidrio, orfebrería lo que demuestra que era una ciudad diferente a las demás. El hecho de que sea una sede fiscal y acuña moneda y el que sea además una ciudad muy vinculada a la idea del estado hace que allí viva una serie de gente, unas élites y unas aristocracias que tienen la capacidad económica de demandar productos de consumo que hoy diríamos internacionales, de ámbito mediterráneo. En Recópolis en las excavaciones encontramos cerámicas del norte de África, contenedores de vino y de aceite de muy buena calidad del norte de África y de la zona de Gaza, Palestina, que era el mejor vino. Ahí había unas élites que podían demandar productos que no eran los habituales y es que en el centro de la península las dos únicas ciudades que tienen materiales de este consumo de ámbito mediterráneo son Recópolis y Toledo. Recópolis era una ciudad mucho más diversificada socialmente que otras y donde vivían unas élites que tenían ese poder adquisitivo; también tenemos el taller de fabricación de vidrio más completo de Europa occidental”.

Recopolis, edificio comercial (talleres de orfebrería y fabricación de vidirio, tiendas con productos de todo el ámbito mediterráneo) siglos VI-VIII
Recopolis, edificio comercial (talleres de orfebrería y fabricación de vidirio, tiendas con productos de todo el ámbito mediterráneo) siglos VI-VIII

Excavaciones arqueológicas 

Las primeras campañas comienzan en el año 1944 hasta 1946 por parte de Juan Cabré, siendo descubierto un gran complejo palatino, formado por un edificio de grandes dimensiones y una iglesia, “y se intuye que hay restos de muralla y que por todo el cerro, que entonces se llamaba Cerro de la Oliva, había muchos restos de lo que era la ciudad”, desgrana Olmo que este arqueólogo muere, la época visigoda deja de tener interés arqueológico y se retoman las excavaciones a finales del año 70 por un proyecto de la Universidad Complutense y del Museo de Guadalajara. “A esas excavaciones es a las que me incorporo como estudiante, que van a terminar en el año 81, y en el año 82 me hago cargo al principio con Dimas Fernández Galiano, que era entonces el director del Museo Arqueológico, y a partir del 83 yo solo hasta 1986, posteriormente el proyecto actual comienza en 1992 en el que estamos todavía”. 

Y es que la excavación arqueológica se divide en dos partes: por un lado, el trabajo de campo que iniciarán posiblemente en los próximos meses, que es un trabajo que se suele realizar entre uno y dos meses; y el resto del año, estudian los materiales haciendo trabajos de investigación. Este año, matiza Olmo, las excavaciones se van a centrar en definir parte de la zona donde están trabajando “que ya es una zona de viviendas, también junto a la parte del complejo palacial y de la zona de los edificios de las tiendas y los talleres de artesanía que había en la ciudad. A partir del año que viene nos interesa definir nuevas áreas de excavación y nuevos objetivos de la investigación” y es que asegura que están fascinados porque están descubriendo “elementos que han causado mucha sensación” y a la vez están interesados y trabajan en conocer cómo vivía la mayoría de la población. Y es que en Recópolis solo hay excavado el 9% del yacimiento. 

Cancel de Recópolis, Iglesia Palatina, Museo Arqueológico Nacional / Foto, Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
Cancel de Recópolis, Iglesia Palatina, Museo Arqueológico Nacional / Foto, Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid

Historia de Zorita 

La Zorita andalusí no tiene nada que ver con el pueblo actual, que conserva los elementos más importantes pero que a su vez era mucho mayor que lo que es Zorita de los Canes.

“La historia de Zorita, oficialmente las fuentes árabes dicen que nace en el año 855 y que es una fundación de Muḥammad I, emir omeya cordobés que va a efectuar una serie de nuevas fundaciones, pero nosotros ya tenemos fuentes escritas que nos hablan de la existencia de Zorita en el 812”. Y es que destaca Olmo que a la vez que se estaba poblando Zorita en el 812 Recópolis seguía existiendo y siendo el centro más importante, “el traslado a Zorita se decide posiblemente porque todavía había una zona de inestabilidad en el estado omeya con rebeliones de bereberes de la zona y posiblemente en la orografía de Zorita posibilitaba crear el centro de poder, o sea la alcazaba, donde en parte de lo que era esa alcazaba hoy es el castillo de Zorita pero que rodeaba todo el cerro. En la ladera del cerro se cierra la muralla y se crea la Medina, la ciudad árabe, que sería lo que es el actual pueblo de Zorita solo que con más calles hacia la zona del castillo y tres grandes arrabales: uno que quedaría detrás del castillo, otro que iba fuera de la muralla actual del pueblo y en la margen donde está Zorita hacia Recópolis, y otro al otro lado del río. La fundación de Zorita supone un cambio en el territorio, no solo se abandona Recópolis sino que se abandonan también los poblados, aldeas y granjas, lo que quedaba de ese paisaje de época visigoda se abandona y se concentra la población en Zorita y en una serie de alquerías: Albalate, Almonacid, Pastrana, Yebra y Almoguera, todas ellas tienen huerta. Zorita en aquella época era una de las grandes ciudades del centro de la península de Al-Ándalus, hoy es un pueblo, concentran a la población en una serie de alquerías que hoy son, exceptuando Sayatón, todos los pueblos de alrededor de lo que entonces fue la gran Medina de Zorita”. 

Zorita, “tiene toda su muralla emiral del siglo IX, del 855-860, con reformas posteriores”, convirtiéndose con la llegada de los cristianos en uno de los centros más importantes de la orden de Calatrava “se reduce el perímetro fortificado de la parte superior del castillo y es el castillo que actualmente vemos, aunque los muros tienen también fases de época omeya. En la parte que antes había sido también fortificación de época islámica se construye un foso y ya en el último extremo de ese castillo excavamos, que lo tendremos que retomar para a partir del año que viene, la judería. Se puede ver la vida en época visigoda fundamentalmente Recópolis, la vida en época árabe Recópolis y Zorita, la vida en época cristiana Zorita y Recópolis porque sobre la gran iglesia palatina de Recópolis se construye luego la iglesia románica feudal del poblado de campesinos que se asientan sobre las ruinas de Recópolis en el siglo XII, que van a durar un siglo y pico, pero luego esa iglesia se transforma en ermita y es la ermita de la Virgen de la Oliva a la que iban todos los pueblos de la zona hasta prácticamente el siglo XVIII en romería, que es cuando ya se pierde la romería de la Virgen de la Oliva”. 

Recópolis Colgante de oro en forma de hoja época visigoda siglos VI-VII Museo de Guadalajara / Foto Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
Recópolis Colgante de oro en forma de hoja época visigoda siglos VI-VII Museo de Guadalajara / Foto Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid

En el Parque Arqueológico de Recópolis, concluye su director científico, “tenemos una ocasión única de desarrollar un proyecto divulgativo para que la sociedad entienda cómo era la vida en las tres grandes fases de nuestra época medieval”. 

El Parque Arqueológico de Recópolis forma parte de la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha, que en la actualidad lo conforman además los parques de El Tolmo de Minateda, en Hellín (Albacete); Alarcos, en Poblete (Ciudad Real); Carranque, en la misma localidad (Toledo); Segóbriga, en Saelices (Cuenca) y Libisosa, en Lezuza (Albacete).

infoCLM

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