Jorge Martínez, ideólogo de las dos propuestas de carril bici aprobadas en los presupuestos participativos de Cuenca, no está de acuerdo en cómo va a ejecutar el Ayuntamiento de Cuenca su propuesta, sobre todo en el caso del que se plantea para la calle Hermanos Becerril, porque considera que invitará a los ciclistas a usarlo al transcurrir por el medio de la calzada y convivir con el tránsito de autobuses.
Jorge Martínez, ingeniero técnico en Diseño Industrial, reside actualmente en Tarancón, pero de vez en cuando lanza desde allí y elabora propuestas y fotomontajes para que el Consistorio capitalino las recoja si le resulta conveniente. «Me gusta pasar ideas para que otras la trabajen», explica Martínez, que ha ofrecido al Ayuntamiento otras iniciativas como la peatonalización de la calle Los Tintes.
Cuando llegó la convocatoria de los presupuestos participativos, presentó en torno a cuarenta ideas, de las que dos han sido elegidas. En este caso se trata de dos propuestas de carril bici incluidas e los numerosos proyectos de movilidad que defiende la asociación Cuenca en Bici, a la que se unió cuando vino a vivir a la capital conquense procedente de Valencia. Estas ideas fueron seleccionadas en la elección de proyectos y presupuestadas en 50.000 euros (20.000 para uno de los carriles y 30.000 para el otro).
Concretamente, no de los carriles bici que el ofreció era continuar el que ya está construido en la Ronda Oeste para que llegue hasta la Universidad y la Biblioteca Fermín Caballero; mientras que el otro debía circular por Hermanos Becerril, quitando una de las dos filas de aparcamiento de esta vía.
«Si quieres incentivar que la gente vaya en bici, la manera de hacerlo es darle espacio para que el que no está acostumbrado se sienta seguro», opina Martínez, que lamenta que uno de los carriles que prevé el Ayuntamiento plantea una convivencia de ciclistas y coches que no incentivará el uso del vehículo de dos ruedas.
Relata Martínez que un día le citaron para presentarle el proyecto que ha diseñado el Ayuntamiento, una reunión a la que también asistió Javier Lajusticia, de la asociación Cuenca en Bici y un representante de la asociación de vehículos de movilidad personal. «Nos enseñan un proyecto ya hecho, no para preguntarnos qué nos parecía», protesta.
El proyecto que le presentaron continúa el carril de la Ronda Oeste, con una plataforma segregada, hasta la rotonda del Hospital Virgen de la Luz hasta el instituto Hervás y Panduro y a partir de ahí circulará por la pasarela del Júcar, el Parque de los Moralejos, Avenida de los Alfares y San Ignacio de Loyola. A juicio de Martínez, se trata de una propuesta «más o menos comestible», aunque podría ser mejorable

El verdadero problema lo ve el de Hermanos Becerril. «Consiste en pintar en el carril de los autobuses una doble línea discontinua con circulitos que pone ’30’ y un dibujito con una bicicleta». Su reacción al ver este plan que supone que los ciclistas irían por un carril central fue decir «para hacer esto, no hagáis nada, porque vais a conseguir que la gente coja manía a las bicis, esto es lo que faltaba». A su juicio, es una temeridad mezclar un vehículo voluminoso como es el autobús con uno tan liviano, duda que los conductores del autobús vayan a cumplir con esa señalización y teme que el Ayuntamiento no se ha atrevido, como proponía él, a quitar una fila de aparcamientos, «porque saben que, en esta ciudad, quitar aparcamiento es perder votos».
¿Corre riesgo de ser un proyecto fallido, como le pasó al carril bici construido durante la legislatura de Francisco Pulido? A juicio de Martínez, el que se ha pensado para Hermanos Becerril no resultará atractivo para los ciclistas. A pesar de su disgusto, Martínez no tiene pensado presentar alegaciones, porque cree que no servirá para nada y que el proyecto está ya cerrado.
¿Y qué es lo que falló, a juicio de Martínez, del carril bici que se construyó en Cuenca con los fondos del llamado Plan-E de José Luis Rodríguez Zapatero? «Sobre todo el firme, que no es ni mucho menos el adecuado. Y luego que cuando se debatió el proyecto los de Cuenca en Bici se pusieron puristas en que los carriles bici tienen que ser unidireccionales y el Ayuntamiento aceptó esa propuesta». Esa petición, pensada para gente más acostumbrada a usar ese medio de transporte, sobre todo cuando hay que tomar rotondas, desdibujó un carril bici que además no llegó a terminarse «y ahora mismo no conecta nada con nada».
En el caso de los nuevos carriles, el Ayuntamiento le ha garantizado al promotor de la idea que se utilizarán materiales de calidad para que la señalización y el firme sean mejores que en aquella intentona fallida.