El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) afirma que ya se han realizado en el tramo Cuenca-Utiel del tren regional las principales tareas de limpieza de ramas y de elementos desprendidos a causa de la borrasca Filomena y posteriores inclemencias meteorológicas, pero confirma a infoCLM que aún quedan trabajos pendientes en diversos elementos de la infraestructura «para los que, de momento, no tenemos previsión».
La borrasca Filomena azotó la península a comienzos de año y la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia fue una de las grandes afectadas. Dejó de ofrecer servicio el día 8 de enero por la acumulación de nieve y la caída de ramas, árboles y rocas. Hubo que esperar hasta el día 25 de enero para que pudiera hacerse el trayecto entre Aranjuez y la capital conquense, pero casi cuatro meses después todavía no está despejado el tramo que va desde allí hasta Utiel. Desde el pasado 5 de abril los viajeros que necesitan hacer ese trayecto tienen que hace transbordo en carretera en el autobús que Renfe ha habilitado y que hace parada en Cañada del Hoyo, Carboneras, Yémeda-Cardenete, Víllora, Camporrobles y Cuevas de Utiel.
Es un inconveniente añadido para un tren regional cuyo servicio ha ido empeorando a lo largo de los años. Los diputados socialistas por Cuenca en el Congreso, Gracia Canales y Luis Carlos Sahuquillo, han formulado recientemente una pregunta para conocer el número de viajeros en cada uno de los tramos de la línea durante los años 2019 y 2020. La respuesta no promete ser muy esperanzadora para un servicio que, en este momento marcado por la pandemia del coronavirus, cuenta con dos servicios diarios para cada sentido. Por otro lado, hay tramos de limitación de velocidad que alargan todavía más el viaje. Si alguien se aventura a utilizar el tren convencional para viajar desde Madrid a Valencia, tiene por delante siete horas y cuarenta y cinco minutos de recorrido.
Sin embargo, la línea ferroviaria mantiene a día de hoy su declaración como Obligación de Servicio Público y, por lo tanto, Renfe debe mantenerla abierta hasta nueva orden del Gobierno de España, incluso siendo deficitaria. Además, aunque las cifras de usuarios sean bajas, las localidades que forman parte de su itinerario suelen movilizarse. La Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público y Social, creada hace casi una década, ha retomado su actividad y los municipios afectados se han unido en la asociación Pueblos por el Tren, de la que forman parte unos treinta ayuntamientos y una decena de asociaciones que han organizado actos reivindicativos en localidades como Cuenca y Huete.
El cierre del tramo Cuenca-Utiel ha sido llevado al Congreso de los Diputados en dos ocasiones por parlamentarios de Unidas Podemos. Gracias a la respuesta a estas preguntas parlamentarias se puede conocer algún detalle más del estado de la línea después de Filomena. Concretamente, en contestación por escrito a la petición de información del diputado Enrique Santiago, el Gobierno explica que «se están llevando a cabo diferentes inspecciones para detectar, y en su caso analizar, posibles riesgos para la infraestructura».
Entre los daños detectados el Ejecutivo cita «desprendimientos de rocas y materiales sobre la plataforma, deslizamientos en taludes de trincheras y en terraplenes, caída de gran cantidad de árboles y rotura de ramas y árboles con riesgo de caída sobre la plataforma, contaminación del balasto y obstrucción de cunetas».
Los problemas de la línea también abordados en el Senado mediante una moción presentada por el Partido Popular, que pedía el restablecimiento del tramo Cuenca-Utiel y la mejora de este servicio ferroviario. La iniciativa fue apoyada por Compromís y ERC-Bildu, pero no salió adelante por el rechazo del resto de la cámara, donde el PSOE defendió que se van a invertir 20 millones en la infraestructura.
/Jesús Huerta/