La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado al Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid reanudar por segunda vez el procedimiento penal e investigar las diligencias pendientes en el caso de Ana Belén Pintado, conocida como la “bebé robada de Campo de Criptana” (Ciudad Real).
El proceso, que inicialmente había quedado paralizado, fue archivado provisionalmente después de que un informe forense declarara la demencia leve o moderada de uno de los investigados de la clínica de maternidad Santa Cristina de Madrid, donde presuntamente se produjo la entrega irregular de la recién nacida en 1969, según ha explicado este lunes a EFE la propia Anabel Pintando.
Sin embargo, la Audiencia ha opinado que este diagnóstico no justifica detener el resto de la investigación y ha ordenado que se continúe el procedimiento respecto a otra facultativa del centro, también investigada, contra la que se amplió la querella en 2023.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular habían solicitado la práctica de nuevas diligencias que no llegaron a resolverse, por lo que el tribunal ha ordenado al juzgado instructor que retome las actuaciones y agilice los trámites para evitar más dilaciones.
Las declaraciones judiciales previstas para el pasado 20 de marzo fueron suspendidas por tiempo indefinido, ya que el expediente físico no había sido devuelto al juzgado por parte del Ministerio Fiscal.
Este retraso impidió continuar con el proceso, por lo que la defensa presentó un requerimiento formal para que el expediente fuese devuelto cuanto antes y se pudieran practicar las diligencias pendientes.
La Audiencia Provincial mantenía tras el primer recurso presentado por Ana Belén que los hechos denunciados podrían constituir delitos de detención ilegal, falsedad documental y alteración de paternidad y maternidad, y la primera vez que ordenó reabrir el caso señaló la obligación de las instituciones judiciales de garantizar la tutela efectiva de las víctimas.
Ana Belén Pintado descubrió su origen hace unos años y en 2018 logró reencontrarse con su madre biológica, Pilar, residente en Campo de Criptana, después de comprobar, gracias a pruebas genéticas y documentación, que había sido separada de ella nada más nacer.
El caso de Ana Belén Pintado es uno de los más representativos en la lucha por esclarecer el robo de bebés en España.