El Ayuntamiento de Ciudad Real ha abierto hoy el periodo de consulta pública para la ordenanza que regulará la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), una medida exigida por ley para ciudades de más de 50.000 habitantes, pero que el actual equipo de gobierno ha adaptado “a la realidad específica de nuestra ciudad”.
El portavoz del equipo de gobierno, Guillermo Arroyo, ha explicado que el documento sometido a consulta es “esencialmente el mismo que impulsó el anterior equipo de gobierno”, aunque incorpora una “adaptación basada en datos objetivos, como los indicadores actuales de calidad del aire, que antes no se tenían en cuenta”.
Arroyo ha recalcado que el enfoque del gobierno municipal busca “apostar por una movilidad más sostenible sin imponer medidas restrictivas”, destacando que es posible “conciliar el respeto medioambiental con la realidad social y económica de Ciudad Real”.

A partir de hoy, se abre un plazo hasta el 18 de agosto de 2025 para presentación de alegaciones al texto. Posteriormente, la ordenanza deberá pasar los trámites de aprobación en Junta de Gobierno Local y posteriormente en Pleno.
Una ordenanza adaptada a la realidad local
Desde el equipo de Gobierno se subraya que, aunque la normativa nacional exige la implantación de ZBEs, deja margen a los municipios para decidir cómo y dónde aplicarlas. En este sentido, Arroyo ha señalado que en Ciudad Real “no se había medido de forma precisa la calidad del aire”, y que los nuevos sensores permiten ahora contar con información real y continua sobre los niveles de contaminación.
“Los datos actuales muestran que Ciudad Real no sufre una contaminación grave causada por el tráfico rodado. De hecho, tenemos un centro peatonal más amplio que la media de otras ciudades y una estructura urbana compacta que favorece los desplazamientos a pie”, ha afirmado. Desde el equipo de gobierno “trabajamos para aprobar un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que recoge medidas ajustadas a las necesidades y características específicas de nuestra ciudad”.
Una ciudad saludable y accesible
El portavoz municipal ha hecho hincapié en que no habrá restricciones y sólo se aplicarán únicamente en situaciones puntuales y justificadas. “Todos los vehículos podrán circular, tengan o no etiqueta, y sólo si los sensores detectan una situación de alta contaminación se tomarán medidas excepcionales”.
Asimismo, Arroyo ha insistido en que la ordenanza no pretende perjudicar al pequeño comercio ni a los vecinos del centro: “No vamos a obligar a nadie a cambiar de coche. Hay muchas personas mayores que necesitan su vehículo y no es razonable imponerles la compra de uno nuevo o eléctrico”.
En definitiva, la nueva ordenanza busca un equilibrio entre la protección del medio ambiente y la vida diaria de los ciudadanos. “Somos una ciudad saludable, con buena calidad del aire, y queremos seguir siéndolo, pero sin copiar modelos de grandes ciudades que no responden a nuestras circunstancias”, ha concluido.