Un nuevo sabor de helado salado con motivo del Día de Castilla-La Mancha

Heladero Adolfo Romero de Puertollano lanza helado de aceite de oliva el Día de la Región

El heladero Adolfo Romero, actual responsable de la empresa familiar Helados Romero de Puertollano cuyo origen se remonta a 1952, va a lanzar un nuevo sabor, de aceite de oliva, este próximo 31 de mayo, Día de Castilla-La Mancha, como guiño a los productos de proximidad y a la región.

Adolfo Romero (Puertollano, 1984) ha explicado a la Agencia EFE, en una entrevista, que su nueva creación será “un helado salado, un helado gastronómico con un toque dulzón muy bajito, pero que no llega al dulce”, que aún no tiene nombre definitivo «porque estoy buscando un calificativo acorde a sus ingredientes: aceite de oliva, mermelada de tomate y piñones”, ha adelantado.

Subcampeón en la Copa del Mundo de Heladería y también subcampeón en el Campeonato Nacional, Romero va a presentar el Día de Castilla-La Mancha 2024 dos nuevos sabores: el de aceite de oliva y otro inspirado en un gofre belga que se basa en mantequilla, harina y salsa de chocolate.

Ha explicado la importancia de trabajar con productos locales, como el aceite de la almazara de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) para su nueva creación.

PUERTOLLANO (CIUDAD REAL), 25/05/2024.- El heladero Adolfo Romero, actual responsable y alma de la empresa familiar Helados Romero de Puertollano (Ciudad Real), posa durante una entrevista con la agencia EFE. Romero (Puertollano, 1984), lanzará un nuevo sabor de helado para esta temporada el próximo viernes 31 de mayo, Día de Castilla-La Mancha, haciendo un guiño a los productos de proximidad que recuerdan la región castellanomanchega, con productos de la tierra. El heladero ha dicho a EFE que se trata de un helado salado, un helado gastronómico con un toque dulzón muy bajito, pero que no llega al dulce. EFE/Jesús Monroy

El heladero ha contado cómo, a través del tiempo, han logrado mantener y evolucionar un negocio que “comenzó con una garrafa de helado vendida por las calles” y con una sonrisa ha confesado que «mi pasión empieza desde que tenía chupete».

La saga familiar arrancó con su abuelo en 1952, y más tarde continuó su padre «con una garrafita que iba vendiendo por las calles, y luego llegó la revolución que fue el carrito”, ha dicho.

El método de elaboración de los helados en los inicios era completamente artesanal: utilizaban salmuera (hielo, agua y sal) y había un cilindro interno de chapa para bajar el punto de congelación de la mezcla; después se congelaba el cilindro «en el cual rascabas con unas palas de madera, y esa parte de líquido que se iba congelando era un helado más cristalino que el de ahora. Ahora es más cremoso por la maquinaria de hoy en día”, ha apuntado.

La evolución tecnológica ha permitido a Helados Romero adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia artesanal, algo que ha recalcado Adolfo, quien ha señalado la importancia de conocer de dónde vienes: «Tenemos que saber de dónde venimos para seguir avanzando”, ha dicho.

«Somos los alquimistas de la gastronomía»

La primera heladería de los Romero se instaló en la casa de los padres de Adolfo, “en una habitación que daba al exterior y que la utilizaron como su primer local para vender helados”, ha apuntado.

El actual responsable de la empresa ha afirmado que «hemos creado un negocio que creemos que es solvente por trabajo, insistencia y, sobre todo, gracias a mis padres, que han sido como hormiguitas, trabajando poco a poco”, y esto ha logrado que «hoy podemos decir que a nivel local, nacional e internacional somos muy reconocidos”.

En su caso, es “un apasionado del porqué de las cosas” y comenzó su formación preguntando a su padre por qué en vez de echar 100 gramos de azúcar no echaba 80, entre otras cuestiones.

Su interés por la gastronomía lo llevó a estudiar Cocina y Restauración en Ciudad Real y, posteriormente, el Curso de Experto Universitario en Elaboración Artesanal de Helados de la Universidad de Alicante, hasta que en 2012 «mi mente hizo boom, y ahí es cuando entiendes toda la alimentación: nosotros somos los alquimistas en el mundo de la gastronomía”, ha manifestado.

Romero, que es profesor del Máster de Heladería, ha resumido su filosofía para crear helados en dos patas: «el producto y, paralelamente, mucha pasión. Producto y pasión, las dos P, producto de cercanía y de calidad”, ha asegurado.

De hecho, la excelencia de los ingredientes es fundamental para Adolfo, ya que utiliza productos de calidad y próximos, como el aceite de Almodóvar del Campo o el azafrán manchego y colabora con proveedores de frutas locales y emplear chocolates considerados los “mejores del mundo”.

Entre sus creaciones más innovadoras destaca ‘Vulcano’, un helado «curioso y atractivo tanto por su presentación visual como por su sabor”, que contiene sésamo negro, crujiente de chocolate y crema de frambuesa, algo que su autor define como “una combinación espectacular que cautiva a la vista y al paladar”.

Otras creaciones han sido ‘Caperucita Roja’ y ‘Lobo’ o ‘Torrija’, homenaje al tradicional postre, y entre los sabores más demandados están tanto los innovadores como los gustos más clásicos como el helado de turrón, que nunca pasa de moda, o la vainilla con azafrán y nueces de pecan caramelizada (con el que logró ser subcampeón de España).

Heladería Adolfo Romero tiene el título de subcampeón en la Copa del Mundo, entre otros galardones, y en 2020 hizo historia al convertirse en el juez internacional artístico más joven, y el primer español en ocupar este puesto, en la Copa del Mundo de Heladería.

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