El acusado de matar a su abuela en Malagón dice que merece pasar «una buena temporada en prisión»

El joven acusado de asesinar en Malagón (Ciudad Real) a golpes a su abuela en enero de 2022, ha reconocido, en su último turno de palabra, que «está claro que fui yo el que mató a mi abuela» y por desgracia «merecía pasar una buena temporada en prisión», a pesar, ha dicho, «de que la condena ya la llevaré de por vida».

El joven ha asegurado ante el tribunal del jurado que deberá decidir sobre su culpabilidad o no, que «en ningún momento le quería hacer todo el daño» que le hizo a su abuela.

En esta última sesión del juicio que comenzó el pasado viernes, el Ministerio Fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y mantiene para él la pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con concurrencia de agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco.

Una pena que su defensa considera desproporcionada a raíz de las pruebas que se han visto en el juicio y que demuestran que los hechos sólo son constitutivos de un delito de homicidio, en el que existe la agravante de parentesco, pero, por el contrario, existen las circunstancias atenuantes de que el joven había actuado bajo la influencia de las drogas, lo que le provocó una situación de estado mental de enajenación transitoria.

A ello, la defensa mantiene que se ha de añadir también la atenuante de confesión voluntaria de los hechos.

La fiscal Rocío Bernal Monteagudo ha aprovechado su última intervención ante el jurado para ir desgranando las distintas pruebas que se han practicado durante las sesiones y ha descartado que el joven que acabó con la vida de su abuela se encontrara en el momento de los hechos en un estado metal de enajenación transitoria.

También ha negado que las pruebas practicadas hayan demostrado que existiera ningún tipo de anomalía o alteración de algún tipo que afectara su capacidad mental o sus facultades mentales.

 La Fiscalía pide no rebajar la pena

Ante esta circunstancia, ha pedido al tribunal del jurado que no considere la opción de rebajar la pena, puesto que el acusado «ejecutó el hecho con frialdad y control mental», como lo demuestra que después de matar a su abuela le cogiera la chaqueta y le registra los bolsillos en busca de dinero.

También ha mantenido la fiscal que no se debe considerar la atenuante de arrepentimiento porque el joven llegó a cambiar tres veces la versión de los hechos, y sólo se declaró culpable una vez que la Guardia Civil le dijo que las versiones que estaba dado eran «poco verosímiles».

Además, la fiscal ha mantenido que en este caso existe alevosía y el ensañamiento,  al demostrarse que la abuela recibió el ataque por sorpresa al abrir la puerta de su casa, sin que en ningún momento pudiera defenderse al no esperar que su nieto la fuera a atacar.

El ministerio público ha insistido que también hubo ensañamiento en el momento en el que el acusado inmovilizó a la abuela en el suelo golpeándola hasta más de una decena de veces con el arma homicida, un objeto metálico en forma de cabeza de perro.

 La defensa insiste en que su cliente actuó bajo los efectos de las drogas

Por su parte, el abogado defensor del acusado, Enrique García Herrera, ha discrepado de los planteamientos del Ministerio fiscal y ha asegurado que su cliente actuó claramente bajo los efectos de las drogas, motivado por el consumo que realizó horas previas, lo que le provocó un estado mental de enajenación transitoria que le llevó a no recordar lo que pasó en ese momento.

García Herrera ha mantenido en sus conclusiones finales que el acusado no trató en ningún momento de aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima ni le causó padecimientos innecesarios para acabar con su vida, por lo que los hechos, en su opinión, son constitutivos de un delito de homicidio.

Además, ha apuntado ante el tribunal del jurado que existe la atenuante muy cualificada en relación con el consumo de sustancias estupefacientes y también la atenuante de confesión, al haber procedido a reconocer los hechos antes de conocer que el procedimiento judicial se dirigiera contra él.

Por eso, ha asegurado que entiende que procede imponer al acusado la pena de 8 años de prisión, al concurrir la agravante de parentesco, pero concurrir también dos atenuantes muy cualificadas.

infoCLM

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