Trabajadoras y trabajadores de El Corte Inglés se han manifestado este fin de semana en Madrid para reclamar mejoras en unas condiciones laborales que califican de precarias. La protesta, encabezada por miembros del sindicato CGT, ha puesto el foco en la conciliación, el pago diferenciado de las jornadas realizadas en domingos y festivos y el fin de lo que consideran una “persecución sindical” hacia quienes denuncian abusos.
Según los manifestantes, la situación actual impacta de forma directa en la salud física y mental de la plantilla. “Tenemos una plantilla mayor de 40 años. Un trabajador de 60 no puede aguantar la cantidad de peso de trabajo que tenemos. Psicológica y físicamente estamos muy mal”, ha señalado Melissa Caycho, secretaria general de la sección sindical de CGT en El Corte Inglés, durante la concentración.

Domingos y festivos “incluidos” en el salario de El Corte Inglés
Una de las principales demandas del sindicato es que el trabajo en domingos y festivos se retribuya de forma diferenciada. Caycho ha denunciado que, en la práctica, esas jornadas quedan integradas en el salario mensual: “Dentro de nuestro salario mensual entra todo, domingo y festivos. Cobramos más o menos el salario mínimo más incentivos”.
En este punto, la representante sindical ha criticado además el sistema de incentivos vinculados a objetivos de venta, que puede suponer un incremento de entre 60 y 100 euros en la nómina, pero que —según asegura— no se aplica a colectivos como cajeros o reponedores. “Trabajan con el doble de esfuerzo que el de venta y sin embargo no tienen ningún tipo de aliciente”, ha afirmado.
Jornadas largas y cierre sin retribución
Otro de los elementos denunciados durante la protesta es el marco del convenio colectivo firmado en 2018 entre la empresa y otros sindicatos. Según CGT, este acuerdo permite jornadas de hasta diez horas en domingos y festivos, con apertura a las 11:00 y salida a las 21:15.
A ello se suma, aseguran, que el cierre efectivo del centro al público no coincide con el fin de la jornada real del personal. “Ellos cierran las tiendas, pero nosotros nos tenemos que quedar obligatoriamente a cerrar la tienda. Eso no está pagado. No hablamos de dinero, hablamos de calidad de vida”, ha subrayado Caycho.
Denuncias de “pseudo-sindicatos” y presión interna
Entre las consignas de la movilización también ha aparecido la crítica a la existencia de “pseudo-sindicatos instaurados para controlar a los empleados”, así como advertencias sobre presiones internas hacia quienes deciden organizarse o alzar la voz, según los convocantes.
La movilización de este sábado se suma a un clima de tensión laboral que, de acuerdo con CGT, requiere cambios inmediatos para garantizar derechos básicos como la conciliación y unas condiciones de trabajo dignas, especialmente en una plantilla envejecida y sometida —según denuncian— a cargas de trabajo difíciles de sostener.