Elaboraciones sencillas, sabrosas y llenas de tradición son la seña de identidad de la cocina castellano-manchega. Platos únicos que fusionan a la perfección productos de una alta calidad y técnicas de elaboración más novedosas. Y es que la gastronomía castellano-manchega es la perfecta fusión entre tradición y vanguardia.
La Cebolla de La Mancha con Indicación Geográfica Protegida (IGP) aporta un toque único a las elaboraciones gastronómicas. Un ingrediente con el que convertirás tus recetas en perfectas para cualquier ocasión.

Castilla-La Mancha cuenta con una magnífica materia prima y además tiene unos grandes profesionales que ponen el alma cada día en su trabajo, con el objetivo de conseguir que estos productos sean diferentes y que además transmitan una historia, la de muchos lugares de nuestra región. Campo y Alma ampara a estos excelentes productos que tienen un carácter y una calidad singulares, que basan gran parte de su éxito en el origen y en la manera de producirse, pero que además, forman parte del patrimonio cultural de nuestra tierra.
Campo y Alma es una marca de garantía que permite distinguir los productos agroalimentarios que se producen, elaboran o transforman en el territorio de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha y que están acogidos a una denominación de origen protegida o indicación geográfica protegida. De este modo, Campo y Alma ayuda al consumidor a identificar los productos de calidad de Castilla-La Mancha.

Descubre la IGP Cebolla de La Mancha
En el caso de la IGP Cebolla de La Mancha, ha sido uno de los últimos productos en sumarse a este tipo de figuras de protección, y en estar amparada bajo la marca Campo y Alma. En concreto, en la actualidad Castilla-La Mancha cuenta con un total de 9 IGP, una distinción que indica al consumidor que el producto es originario de una región, de un lugar determinado o de un país y que posee una cualidad determinada que pueda atribuirse a dicho origen geográfico.
La zona de producción y acondicionamiento de la IGP Cebolla de La Mancha comprende un total de 359 municipios de Castilla-La Mancha. En concreto, engloba localidades de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.

La forma de la Cebolla de La Mancha es esférica, pudiendo admitir una deformación, tanto en el diámetro polar como en el ecuatorial, de un 10%. Las catáfilas que determinan el color exterior de la Cebolla de La Mancha serán de un mínimo de dos y presentarán una tonalidad cobriza o bronceada oscura; mientras que el interior del bulbo será blanco.
Se caracterizan las de la IGP Cebolla de La Mancha por contar con una textura crujiente y carnosa. Pero además, en relación a estas particularidades, cabe recordar que la Cebolla de La mancha presenta un contenido mínimo en azúcar que le proporciona un sabor suave con una ligera nota de picante.
El conjunto de las condiciones meteorológicas, unidas a los sistemas de explotación en la zona de producción, han dado lugar a la selección de la cebolla Recas, obteniendo una cebolla totalmente adaptada a esa zona de producción y con unas características específicas. Propiedades como el tamaño, el color de la piel, la adaptación de las túnicas externas para su manipulación mecánica, el dulzor, contenido en materia seca y tiempo de conservación en almacén, están vinculadas y relacionadas con características climáticas, edafológicas, de las aguas y del sistema de riego, que han dado lugar a que estas características sean propias de la cebolla tipo Recas.
Así, en el caso del tamaño del bulbo está relacionado con la tipología de las explotaciones agrícolas, el alto grado de mecanización de las mismas, sistemas de riego modernizados y de alta eficiencia que permiten aportar las necesidades hídricas y nutritivas en el momento idóneo. Todo ello pone en valor una homogeneidad características de la producción.

En relación al color característico de la piel de la Cebolla de La Mancha, más allá del componente genético, está directamente relacionado con la cantidad de horas de sol existentes en esta zona de la región. Además, el manejo del cultivo, caracterizado por un final de proceso que tiende a conseguir un buen cierre del cuello de la cebolla, algo que se logra cuando todavía existe un gran número de horas de sol, unas altas temperaturas, una baja humedad relativa, circulación casi permanente del viento y una gran evapotranspiración. Esto, junto con las condiciones climáticas de la zona, con bajas temperaturas y baja humedad relativa de los meses de almacenamiento, proporcionan una gran calidad en conservación de los productos de la IGP Cebolla de La Mancha.
Cabe recordar que en la zona de producción de la IGP Cebolla de La Mancha la oscilación térmica de la noche al día está comprendida entre los 18 y los 20 grados, siendo las temperaturas nocturnas en los meses de verano inferiores a 20 grados, por lo que la planta de la cebolla consume menos sustancias de reserva durante el proceso respiratorio nocturno, lo que produce que sea mayor la fotosíntesis neta. Esto se traduce en un mayor tamaño de los bulbos de cebollas Recas desarrolladas en la zona de producción definida en para la marca Cebolla de La Mancha.

/Marta López/