El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado convencido de que la financiación singular para Cataluña «no tiene viabilidad posible» y ha considerado que lo que se ha conseguido con el acuerdo es «molestar en un giro de 180 grados a casi todo el mundo, a unos por mucho; otros, por poco».
En declaraciones a los medios de comunicación en Talavera de la Reina (Toledo), donde ha acudido a la inauguración de una empresa, ha comentado que «si algo puede ser más doloroso que un intento de privilegio, es que quieran hacer a todos pasar por la rueda y nos tomen por tontos».
Por ello, ante las declaraciones de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre que la financiación singular para Cataluña no conllevará privilegios de esa comunidad sobre el resto, ha pedido que hable a la sociedad española «con madurez», porque ya se sabe «cuáles son los intereses de los independentistas».
A su juicio, y tras subrayar que el acuerdo de financiación singular «no tiene viabilidad posible», lo «dramático» de la situación es que los independentistas catalanes han conseguido que el PSOE se desvíe de sus valores «más esenciales», pues ha señalado que su partido «siempre ha tenido clara la unidad de España y la igualdad entre los españoles».
«Han conseguido molestar, en un giro de 180 grados, a casi todo el mundo, a unos por mucho; a otros, por poco», ha resumido el presidente castellanomanchego, que ha confiado, usando un símil con los incendios forestales, que el acuerdo «se quede en un conato, para vergüenza de algunos y para la memoria de la mayoría».
García-Page ha incidido en que es «especialmente doloroso» que haya quien se haya «atrevido a pasar la frontera conceptual» al firmar el acuerdo para la financiación singular de Cataluña y ha reconocido que le preocupa que «a alguien le quepa en la cabeza y que se piensen que pueden engañar a todos los españoles», porque «es francamente imposible».
En cuanto a si el acuerdo tendrá coste político, ha indicado que «si alguien lo que quiere retratarse como insolidario, rompiendo la rompiendo la igualdad de los españoles, este es el epicentro» y ha pedido que «un valor esencial» como la igualdad de los ciudadanos «no se ponga en el mercado de la negociación política».
«La política puede dar mucho de sí, pero no tiene que dar tanto como para que se pongan en el mercado los valores y los principios esenciales de cualquier proyecto político», ha concluido.