El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha defendido este miércoles las instituciones en el marco de una democracia vertebrada y frente a los «ataques de raíz y a conveniencia» por parte de los populismos.
Así lo ha expresado durante su intervención inicial en el encuentro que los expresidentes de Portugal Aníbal Cavaco Silva y de España Felipe González protagonizan en el Palacio de Fuensalida, en Toledo, un día antes de cumplirse el 40 aniversario de la firma del tratado de adhesión de España y Portugal a la Comunidad Europea.
García-Page ha afirmado que toda su trayectoria política va unida al concepto europeo y que ha podido ser testigo de cómo han cambiado las cosas y cuál ha sido la andadura, el crecimiento y los vaivenes de la Unión Europea (UE); así como ha recordado que la «la clave en España era entrar en Europea».
A su juicio, se debía a «un cúmulo de esperanza, anhelo y casi ansiedad» porque, entre otras cosas, ese paso ha traído el periodo más prolongado de paz del continente y, de hecho, ha apostillado que «es difícil defender la paz cuando se disfruta durante tanto tiempo continuado pero conviene recordarlo porque vuelven a campar por Europa muchísimos síntomas de odio», los cuales ha definido como «un gesto más de los populismos que nos adornan y presiden».
En este sentido, ha considerado que para España era entrar en una dinámica de paz y de solidez, de democracia vertebrada, «como se entiende en Europa porque hoy ni siquiera al otro lado del Atlántico la entienden así», con instituciones porque «no se trata solo de votar, sino de hacer democracia permanentemente y todos los días», ha remarcado.
De hecho, ha reivindicado defender, por el interés de los ciudadanos, las instituciones que «vertebran nuestra opinión y organizan nuestra convivencia», hoy también «claramente amenazadas por ese populismo que las ataca, las cuestiona de raíz y a conveniencia».
Economía de mercado y alma social
Por otra parte, el presidente castellanomanchego también ha subrayado que, con la entrada en Europa, España se introdujo en el ambiente en el que se reconocía la economía de mercado y que dejaba atrás «muchas divisiones ideológicas» y, al mismo tiempo, se cohesionaba con el «alma social» y el acuerdo de «crecer para compartir».
Además, ha considerado que para España también supuso un gran «salto de modernización» y entrar en un camino de cambios de método, disciplina, enfoque, perspectiva y funcionamiento del país.
Por lo tanto, García-Page ha hecho un reconocimiento a los 40 años de la entrada de España en Europa y ha instado a reconocer que fue «el mayor acierto histórico tras la Constitución del 78», a la vez que ha añadido que la pregunta que habría que hacerse es «qué pasaría si no estuviéramos», una cuestión que, ha resaltado, flotó en los disturbios independentistas en Cataluña y que da la razón frente a ETA porque sabía que era lo mejor para España y para la unidad.
«Hace 40 años, España tomó el camino correcto y hay que seguir en él», ha sentenciado, además de que ha afirmado que el país se completó en su perfil y que Europa fue «la respuesta que esperábamos, la gran respuesta a los grandes problemas y sigue siéndolo».